A menudo, cuando la gente se
entera de que escucho música punk, me hacen la misma pregunta: ¿Qué es el punk?
Harto de proporcionar respuestas de enciclopedia (el punk es un movimiento de
contra cultura nacido en Inglaterra en los años ’70 debido a un momento de
fuerte tensión social etc…) he pensado que mejor el punk se explicaría a sí
mismo. Entonces escribí este texto utilizando solo frases sacadas de letras de
canciones de diferentes grupos punks internacionales, y algunas frases mías de conexión
para darle la forma de un texto homogéneo.
Vivo en un sitio que es como
todos los sitios. Lo único es que uno de cada ocho es policía y de los siete
que no son policías algunos son fascistas locales. El sitio donde yo vivo es
tan tranquilo que aquí ni siquiera Sid Vicious se drogaría. Vivo en un espacio
limitado. Como un hueco entre dos ciudades, nunca me gustó casi nada y lo que
me gusta no se hace. En una extensión fantasmal donde nada está en su sitio y
nada funciona. Caras que flotan en un líquido infectado, pero no mueves ni un
dedo hasta que no te ahoges tú. Una pesadilla. Así que creo que este sábado me
lo voy a pasara privando en mi casa hasta reventar. Ya estoy harto, no quiero
salir más. Siempre la misma mierda de ciudad. Tontos que saludar en las calles,
cacheos en los portales… Y putos empollones que se pasan años y años
estudiando, con la nariz metida entre los libros mientras el mundo se pasa en
frente a ellos. ¡Qué aburrimiento, qué tontería, qué tortura! Yo ya no leo ni
la prensa. Ya, la prensa. Periódicos y televisión siguen comiéndonos el coco
con el tema del terrorismo: antes era la ETA, después los Talibanes, mañana se
encontraran a otros chivos expiatorios. Pero contra mí esos pavos, los vascos
chiflados y el loco con la barba, no tienen nada. Porque a mí los que me
mosquean son los protectores de la ley. Porque yo soy él que siempre da el mal
ejemplo, él que está siempre en contra, que si me miras mal te rompo los
dientes. Soy él que no debes imitar, él que acabará mal, el típico tío que
cuando lo cruzas en la calle te cambias de acera. Pero miren, en un mundo
perfecto también hace falta esto; alguien que dé siempre el mal ejemplo,
alguien que la gente pueda señalar a los niños, con el dedo, diciendo “no te
conviertas en un punki así”. Pero fíjense: cuando miro a la gente, digamos,
normal, los ciudadanos medios, siempre tengo algo de asco. Las familias de mi
ciudad me dan asco. Y lo único que sé es que no quiero llegar a ser como ellos.
Estoy saliendo con una chica, que es una tía guay, pero a veces cierro los ojos
y, en una visión muy breve, vivo la pesadilla de lo que podría ser nuestro
futuro: al cabo de unos años ella engordará y yo seré calvo de tanto pensar a
cómo llego a fin de mes, con hijos de mantener y un coche en el garaje. Me
pondré borracho, y la pegaré, les ahogaré mi frustración. En nuestra tumba
pondrán: “de estos dos imbéciles el mundo se ha reído y no se han enterado”.
Eso. Y si tengo pesadillas así no es por estar loco: me basta con mirar mis
padres cuando se pelean para saber que no quiero crecer. No quiero tener que
tomar medicamentos para seguir vivo, no quiero que me caiga el pelo, no quiero
crecer. Pero si creceré al menos no seré como ellos. No voy a tener una
licenciatura universitaria, ni dos hijos, ni una cuenta en el banco de Santander
ni una hipoteca que pagar para un piso donde poderme ahorcar cuando me estaré
ahogando en mis deudas y no tendré escape. Y no es solo cuestión de edad.
También el barrio donde creciste te marca para siempre: el otro día, por el
centro, encontré a una ex compañera del cole. Ella miraba los escaparates, y
yo, yo estaba hecho una mierda. Ella me saluda con sus modos educados y yo, yo
no sabía qué decir: acababa de vomitar. Ella está a punto de acabar la carrera
universitaria, yo al salir del cole me fui directo a currar. Quizás es mejor la
chica de mi barrio: no tiene los modos educados, pero me paga la birra. Ya.
Cada vez que bajo al centro para buscar un trabajillo luego miro a los agujeros
que tengo en mis vaqueros y doy media vuelta y vuelvo atrás. Lo que me salva,
lo que nos salva, a mí y a mis colegas, es la música. Si de algo estoy
enamorado es de la música. Aun me acuerdo de cuando la encontré: una noche de
verano estaba bebiendo con mi padre. Él intentaba darme el amor que nunca tuve,
pero daba más amor a su botella de vino. Así tuve que salir, en búsqueda de un amor
de otro tipo. Y así la encontré: la música, la radio, los Clash. Cuando tengo
la música tengo un sitio a donde ir. El punk es lo que nos une a mí y a mis
colegas. ¿Quieres formar un grupo punk? Rápate la cabeza y hazte un tatuaje. No
necisitas talento, solo necesitas la actitud. Y unas droguillas pueden ayudar.
Ya, hablemos de drogas. Para mí el único verdadero problema de la droga es
encontrar drogas realmente buenas. Porque si te quieres colocar tendrás que
evitar el puto talco, je je. Pero las drogas son buenas, te hacen hacer cosas
que sabes que no deberías hacer. Y cuando te colocas la gente piensa que eres
guay. ¡Con cuantas cosas nos agobian! La pohibición, las fronteras, la
religión. Joder, cómo me dan por culo los católicos, los cristianos y hasta los
putos islamies. No tengo ningun respeto para los miliones de hombres y mujers
que sufren de falta de pensamineto racional. Ni quiero discutir con ellos,
acabaría jodendome los nervios. Y es tan dificil tener que salir con gente ya
mayorcita que sigue creyendo en Papá Noel, en el Arca de Noé, y que su dios es
el mejor. A ver, en serio: ¿Quién leería una revista médica vieja de 2000 años?
¿Os pondríais en viaje con un mapa del mundo llano? ¿Creeríais que una mujer
virgen puede tener un hijo sin comprobarlo con un test del ADN? Ya no puedo
aguantar estos adultos que creen en los unicornios, en la creación y que dios
siempre está en su lado. Dan las gracias a dios por marcar un gol, por ganar un
premio, por volar el suelo sagrado del enemigo. ¿Cómo puedo tomarme en serio lo
que dicen si están todo el tiepo confundiendo el libre albedrío con la fe, la
esperanza y la predestinación? Los catolicos democratas cristianos empresarios
son todos unos hipócritas: dicen que es un escandalo el asunto del sexo y luego
ellos mismos lo van buscando y hasta pagan pa follar. Es un escandalo que maten
a los negros, pero si veen a uno le escupen al pasar. Es un escandalo que
escupan en el suelo, pero les da igual que
jodan el ambiente. Construien nuestras casas al lado de sus fábricas y
nos venden lo que nosotros mismos producimos. ¡Gusanos! Nos quieren tener
acojonados con el concepto del pecado. Pero para mí no hay futuro y sin futuro
¿cómo puede haber pecado? Los punks somos las flores en los cubos de la basura,
somos el veneno en vuestra máquina humana. Y los negros, decía, los
inmigrantes, ellos no se lo piensan dos veces si tienen que rebelarse, tirar
ladrillos. Mientras los blancos vamos a escuelas donde nos enseñan a estar
acojonados, sumisos. Todos hacen lo que les dicen, y nadie quiere ir al talego.
Pero lo que me agradaría es la rebeldía de los blancos. Porque todo el poder
está en las manos de los que son bastante ricos para comprarlo, mientras tú
andas por las calles demasiado acojonado para siquiera intentarlo. A ver, a mí
ni me llamen blanco, joder. Porque el blanco representa todo lo que odio: la
gran mayoría de las ovejas, el cuello de las camisas de los funcionarios, el
jabón que nos obligan a tragar para limpiarnos el cerebro. Todas estas cosas
son tan jodidas y ordinarias y blancas. No me llamen blanco. No es mi culpa si
nací aquí. Acepto la resposabilidad por lo que hago, pero no por lo que soy. Nací
aquí por puta casualidad y sin carné de identidad. Pero en seguida me pusieron
un nombre y un uniforme. Pues, lo siento, pero nunca me gustaron. Y ahora estoy
convencido, no hay ninguna diferencia. Hombre, mujer, ratón: misma
inteligencia. Máquinas sin sentido, enloquecidas. Dando vueltas por este
planeta como muchos cerdos en el barro.
GROPOS CITADOS EN ESTE TEXTO
11)Social Distortion (EEUU)
12)Rancid (EEUU)
